S. Mat. 5:13: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?...”
¿Qué gusto tiene la sal?
Sal – Viene del latín – SALE
1. Química. Substancia que se forma de la interacción de un ácido y una base.
2. Química. Cloreto de sodio, cristalino, blanco, usado en la alimentación, sal de cocina (fórmula NaCI).
3. Fig. Gracia, espíritu, vivacidad: “Es una persona muy apagada, sin sal”.
4. Malicia, Chiste: “Sus historias hacen reír, tiene siempre mucha sal”.
Sinónimo: Chiste, gracia, espíritu, malicia, vivacidad.
La sal es quizás uno de los pocos productos por cuya escasez no tiene que preocuparse la humanidad. Existen montañas de sal de 180 metros de altura. En diversos lugares hay depósitos subterráneos de varios miles de metros de profundidad. Y aunque se agotasen todos los depósitos salinos de la tierra, habrían aún 35.000 billones de toneladas en el mar, es decir una cantidad suficiente para cubrir la superficie de nuestro globo con una capa de 122 metros de espesor.
De los 20 millones de toneladas de sal que se producen anualmente, cuatro millones están destinadas a la industria química. la ciencia moderna emplea actualmente la sal en la fabricación de explosivos, jabón y tintes, y hasta para consolidar el acero, fundir el plomo, el cobre y la plata, impedir la contracción en la arcilla en la fabricación de ladrillos, para la refrigeración de los alimentos y como abono.
Como los ríos que desembocan en los océanos transportan sal, la cantidad de sal en el mar aumenta constantemente.
La sal está más íntimamente ligada al progreso humano que ningún otro alimento. Antiguamente se daba sal a los soldados romanos como parte de su pago; de ahí la palabra salario. Esa costumbre de pagar con sal existe aún en ciertos países, especialmente en Asia.
En la antigüedad y durante el período medieval se consideraba la sal con tanto respeto como la moneda de oro. En algunos lugares como los Países Bajos, la ley permitía privar de sal a los prisioneros, lo que constituía un gran castigo.
La sal es absolutamente indispensable al cuerpo humano, a condición de no abusar de ella. Desde hace poco, sobre todo en EE. UU., se pretende demostrar que la sal es nefasta, que da lugar a trastornos intestinales y favorece el reumatismo. No obstante los humanos la han consumido siempre y está probado que los animales salvajes la buscan también. Muchos animales recorren kilómetros en busca de sal o un arroyo salado. Se echa al pasto y la leche de las vacas que lo consumen es más rica y abundante.
Sabemos que el sudor y las lágrimas contienen sal y que la gente que trabaja en lugares muy calurosos deben que consumir más sal para compensar la que pierden en la transpiración. En muchos lugares se da tabletas del sal pura a los obreros que trabajan en industrias donde la temperatura es muy elevada.
En medicina jamás se ha puesto en duda los méritos de la sal empleada en forma de gargarismos o baños, inclusive se ha observado que los que trabajan en minas de sal nunca padecen de catarro, de neuralgias ni de reumatismo. Viven en un clima tan estimulante como si vivieran junto al mar.
Las supersticiones relacionadas con la sal (derribar un salero trae mala suerte) se deben, en el fondo, al temor de desperdiciar esos preciados cristalitos, antaño tan escasos. En su famoso cuadro “La última Cena” de Leonardo da Vinci, pinto junto a Judas un salero volcado.
SAL (Heb... melaj; gr. Háls, háis). Cloruro de sodio o cualquiera de las diversas combinaciones químicas concomitantes (como ser, cloruro de magnesio, cloruro de calcio, etc.).
La sal común (cloruro de sodio) se encuentra en el agua de mar o en los vaciamientos subterráneos o superficiales, y se usa para conservar diversas sustancias y para dar sabor.
En la antigüedad, cuando la refrigeración y muchos otros métodos modernos que se usa ahora para conservar alimentos o se conocían, la sal era de muchísimo más valor que en la actualidad, y su estima aumentaba por sazonar los sacrificios (Lev. 2:13; Eze. 43:24); también se refregaba con sal a los recién nacidos, por la creencia de que de ese modo la piel quedaba más seca, firme y limpia (Eze. 16:4).
Palestina dispone de una gran fuente natural de esa sustancia en el Mar Muerto; pero sus playas y sus colinas adyacentes están cubiertas de sal de mala calidad. Ella le dio su nombre al mar en el cual desemboca el Jordán (Gén. 14:3; Jos. 3:16, etc.) y al valle de la Sal, posiblemente ubicado en la extremidad meridional del Mar Muerto o Mar Salado (2 Sam. 8:13), como también a la Ciudad de la Sal (Jos. 15:62).
A veces se cubría de sal las tierras capturadas como señal de maldición (Jos. 9:45) Diccionario Bíblico, Pág. 1030.
“Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal” (Gén. 19:26).
“Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falta jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios: en toda ofrenda tuya ofrecerás sal” (Lev. 2:13).
“Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo” (Núm. 18:19).
“... y mató al pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la sembró de sal” (Jueces 9:45).
“Bueno es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros” (Mar. 9:50).
“La sal es lemas importante de todos los condimentos, puesto que es el único absolutamente necesario. No puede ser limitado ni sustituido. Nada puede ocupar su lugar. Es el ingrediente que si faltara, cualquier comida sería insípida y desabrida. De modo que sin Cristo y su mensaje evangélico de salvación esta tierra sería un mundo sin alegría y sin amor.
“El cristianismo sazona y da sabor a la vida haciéndola soportable, y para él no hay sustituto. La declaración tened sal en vosotros, y tened paz unos con otros es significativa a la luz del hecho de que en los tiempos antiguos la sal era la señal de las sagradas obligaciones del pacto. Comer sal juntos era hacer la paz, y entrar en un pacto mutuo”. De aquí la conexión entre el consejo de que los discípulos tengan sal en ellos y que vivan en paz unos con otros” (Cambridge Bible).
Cuando los profesos cristianos han perdido el sabor del cristianismo en sus vidas son cristianos de nombre solamente. No sólo no son “buenos para nada” sino que son un detrimento seguro par ala causa de Cristo. Su influencia para el bien queda nula y hace más daño que los incrédulos.
“Si los cristianos lo son de nombre solamente, son como la sal que ha perdido su sabor. No tienen influencia para el bien en el mundo, y por su falsa representación de Dios son peores que los incrédulos del mundo” (DTG, Pág. 272).
“Sea vuestra palabra siempre congracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Col. 4:6).
“Vosotros sois la sal de la tierra”
La idea básica en la comparación de los ciudadanos del reino con la sal es que ella sirve para preservar. Habían de permanecer n estrecha relación con sus prójimos.
Cuando de la vida de un profeso cristiano desaparecen el amor, el poder y la justicia de Cristo no hay otra fuente de la cual pueda obtener lo que le falta.
“Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrifico será salado con sal” (Mar. 9:49).
El fuego purifica, la sal preserva. Ser salado con fuego implica no sólo purificación sino preservación. Dios desea tener un pueblo puro, un pueblo limpio, un pueblo santo, un pueblo cuyos pecados hayan sido perdonados. Con solamente pedirlo pueden obtener el poder preservador de Dios. No solamente han de llegar a ser limpios y santos, sino que además han de mantenerse en esa condición. El fuego con el cual han de ser “salados” no destruye, sino purifica. Primero hemos de ser limpiados, luego preservados, “salados con fuego” y “salvados con sal”. Purificados y luego conservados puros.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrifico vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:1-2).
Para que nuestras vidas sean un “sacrificio vivo, santo, agradable a Dios” deben ser preservadas y sazonadas con la perfecta justicia de Jesucristo.
“Vosotros sois la sal de la tierra”
Tito M. Rodríguez
Dpto. de Salud DSA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario