miércoles, 24 de agosto de 2011

¿REALMENTE DEBO CASARME?

“Y dijo Dios el Señor: “no es bueno que el hombre esté solo. Le haré ayuda idónea” (Gn. 2:18).


El ser humano en su desarrollo histórico ha tenido innumerables interrogantes. Así, algunas de las preguntas que hasta ahora merodean en las mentes de no pocos tienen que ver con el “matrimonio”, y son las siguientes: ¿Por qué casarme? ¿Para qué casarme? ¿Con quién casarme?
Un día un hombre se encuentra con un amigo de la infancia acompañado de  una bella mujer, y al saludarlo le pregunta: “¿es tu esposa?” a lo que el amigo le responde tímidamente: “umm… no, es mi “conviviente””, ¿te imaginas cómo se sintió aquella mujer? Ella sin duda alguna se incomodó terriblemente.
En la actualidad no es difícil encontrar a personas que “conviven” lejos de casarse. Ellos saben que deben casarse, sin embargo no lo hacen, por su argumento mayor: “estamos probando que tal nos va”, y hay algunos que prueban uno, dos, cinco y hasta más de veinte años y no se cansan de probar, finalmente se “empalagan” y sufren una dura indigestión.
Pero para tratar un tema de tal envergadura, es mejor si vamos al bereshit, al Génesis.

¿“Mejor solo que mal acompañado”?
      Es probable que hayas escuchado una y otra vez esta famosa declaración: “mejor solo que mal acompañado”, aunque parezca fuera de lugar al contrastarlo con el verso bíblico (Gn. 2:18), en realidad algo de razón tiene. No por el hecho de que no es bueno que vivir en soledad, te vas a involucrar con cualquier “tipo/a”. Muy por el contrario debemos buscar un o una compañera que sea la “idónea”. Veamos algunos aspectos en base al texto bíblico leído:


1. Cuando la Biblia utiliza el término hombre, está refiriéndose a varón y mujer, pues la palabra en hebreo es “adam” que significa humanidad. Así que no es bueno que el hombre esté solo así como también no es bueno que la mujer esté sola. Y los estudios detallan que no existen personas que logren ser felices viviendo en soledad. Dios nos creó para vivir en comunidad.
2.      Adán fue creado primero, pero eso no significa que fuera el más importante, aunque algunos enseñan y creen que es así. Si se analiza la creación de Dios en esa semana, podremos darnos cuenta de que Dios creó de lo menos importante a lo más importante. Por ejemplo el día sexto creó a los animales, después a Adán y por último a Eva, es decir que de acuerdo a esto Eva se convertiría en la “corona de la creación”.
3.      Por lo tanto, es ajeno al pensamiento bíblico toda idea de “machismo” y de superioridad del hombre sobre la mujer, tal es “satanismo”.
4.      De igual modo, la idea de “feminismo”, viene a ser igual de satánica. Dios no desea que sus hijos se sientan superiores ni mucho menos inferiores, muy por el contrario debemos entender que somos iguales a los ojos de Dios. La idea de superioridad es simplemente anti-bíblico.
5. Es por ello que Dios crea a la mujer de las “costilla” de Adán para ser una compañera, no de la cabeza para que domine al varón, ni del los pies para que sea pisoteada por el varón, sino que lejos de ello, fue creada del “costado” de Adán para vivir a su lado y ser su compañera.

“Le haré ayuda idónea: “AUXILIO PRONTO”
1.  Cuando la Biblia menciona la palabra ayuda, no se refiere a un “ayudante“, ni mucho menos a alguien que sea un “sirviente”. La palabra “ayuda” viene del original hebreo kenegdo que significa literalmente “contra él”, pero en el contexto del texto aparece junto a otra palabra hebrea ezer “ayuda”, esta palabra se usa en la Biblia en ocasiones dramáticas y caóticas del pueblo de Israel. En otras palabras “cuando Dios lleva consuelo y ayuda, auxilio a su pueblo en problemas” (Dt. 33:26), en ese caso un “fuerte” ayuda a uno más “débil”, de allí que se dice que la mujer es más fuerte que el varón.
2. Pero ¿qué significa entonces “ezer kenegdo” o “ayuda contra él (diferente)”? Significa que la mujer es un auxilio para el hombre que estaba solo y desamparado y Dios le hizo una “ayuda diferente” que sea su complemento, su equilibrio. De allí que no está bien decir “polos opuestos” sino “polos complementarios”.
3. La pregunta del millón sería: “¿porqué no los creó juntos?”, porque Dios en su sabiduría quería mostrarle a Adán o al varón que no es nada bueno estar solo, y que él sintiera la necesidad, el hambre de una compañera. Y así fue cuando el primer trabajo de Adán fue terminado (el de poner nombres a los animales), Adán había visto que todos tenían parejas menos él. Se sintió solo, desesperado, en problemas y tal vez le dijo a Dios: “¿Señor no hay una pareja para mi como para los animales?”. Fue entonces que Dios le dio lo que necesitaba. Una ayuda idónea, un auxilio, ¿alguien más fuerte que él? Tal vez.

Conclusión
1.       Dios no pudo equivocarse. Y todo lo hizo hermoso y bueno. Desde esa perspectiva, debes casarte realmente. Ese es el plan de Dios, a menos que tengas el don de la continencia.
2.      ¿Por qué casarme? Por que es el plan de Dios “Dejarán padre y madre y se unirán (varón y mujer) y serán una sola carne” (Gn. 2:24).
3.      ¿Para qué casarme? Para vivir en complemento. Tanto el varón como la mujer son incompletos hasta unirse el uno al otro.
4.      ¿Con quién casarme? Ese es el tema siguiente. Que Dios te bendiga mucho. Ora mucho, recuerda que Dios trajo a Eva a Adán. Y Dios hará lo mismo en tu vida.


 Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

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