miércoles, 8 de abril de 2015

Salud total


La salud es un regalo de Dios para disfrutarlo sabiamente.
Todos recordamos fechas que han marcado nuestra vida personal: aniversarios, cumpleaños, nacimientos. Pero esta vez reflexionaremos en torno a una fecha mundialmente reconocida: el Día Mundial de la Salud, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que se celebra el 7 de abril.
Tendemos a pensar que por el hecho de no estar enfermos, tenemos salud. Esto tiene algo de verdad, pero el concepto de salud es más amplio. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.1 Según Briceño-León (2000), “la salud es una síntesis; es la síntesis de una multiplicidad de procesos, de lo que acontece con la biología del cuerpo, con el ambiente, con las relaciones sociales, con la política y la economía internacional”. Todos los procesos anteriores no están aislados ni son independientes, sino que se imbrican unos con otros, por lo que la salud depende, en último término, de la capacidad de controlar la interacción entre el medio físico, espiritual y biológico y el entorno económico y social.2
Así que para considerarnos saludables, hemos de gozar de bienestar en cuatro áreas: física, mental, social y espiritual. Estas están en una relación causa-efecto con el ambiente y reciben la influencia de la política y la economía.
La salud es un regalo de Dios para disfrutarlo sabiamente. Ella nos permite relacionarnos y desempeñarnos en el aspecto individual y en el familiar, y también servir a otros. Bien administrado, nos permite ahorrar dinero. Muchos hogares enfrentan una desestabilización sorpresiva o constante de su economía a causa de la enfermedad, la cual también tiene un alto precio emocional, pues produce angustia y congoja. Este se exacerba cuando la enfermedad no tiene cura o termina en la muerte, pues deja hogares destruidos y niños huérfanos. También puede dejar personas inválidas o internadas en instituciones de salud de por vida.
En la actualidad abundan las enfermedades. Las más comunes en este país son la obesidad, la anorexia, el sida, la diabetes, la hepatitis, el asma, la gripe y el cáncer. A nivel mundial, por su gravedad se destacan la influenza aviar (H1N1), el cólera, el ébola, la tuberculosis, la fiebre amarilla y la enfermedad del sueño.3
Muchas enfermedades pueden prevenirse si en el hogar se toman medidas sencillas y a temprana edad, a fin de que se tornen hábitos que redundarán en una mejor salud y bienestar personal y familiar, y en mayores rendimientos en la escuela y el trabajo. Estos remedios naturales siguen tan presentes y efectivos hoy como al principio.
El agua. Se aconseja tomar aproximadamente ocho vasos de agua por día. Esto no incluye bebidas gaseosas ni jugos azucarados. Así estaremos bien hidratados. Algunos beneficios de la hidratación son una mejor expulsión de toxinas, estabilización del peso corporal y una mejor turgencia de la piel, pues muchas arrugas aparecen o se agravan por la deshidratación. Si nos bañamos cada día tendremos limpios los poros de la piel, ya que a través de ellos se eliminan ciertas impurezas que pueden enfermarnos. El agua es también útil en los tratamientos faciales de belleza y de hidroterapia.
Buena nutrición. Debido al trajín cotidiano, muchas personas han sustituido la comida saludable por “comidas rápidas” cargadas de sal, grasa y azúcar. Lo mejor es volver a los orígenes. Al principio, la dieta saludable y equilibrada constaba de frutas, verduras y semillas (ver Génesis 1:29). De estos productos obtenemos toda la fibra y el aporte nutricional. La cocina es el laboratorio del hogar, donde el cocinero debe combinar los productos alimenticios que brinda la naturaleza a fin de ofrecer un plato muy nutritivo, agradable al paladar y a la vista. Los efectos casi inmediatos de una buena alimentación se verán en la piel, los músculos, el cabello, las uñas y el peso corporal. A largo plazo, los efectos abarcarán todo el organismo.
Aire puro. El aire se ha contaminado por el humo de los automóviles y de los cigarrillos, los aparatos de aire acondicionado, las fábricas y otras fuentes de contaminación. Además, pocas personas respiran bien. Debido a que la respiración es un acto automático, pocos usan correctamente su capacidad pulmonar. Acuda a lugares de abundante vegetación y respire profundamente diez veces, procurando llenar al máximo sus pulmones. Practíquelo dos veces al día y verá cómo ese oxígeno inhalado (combustible esencial para las células) contribuye a un mejor funcionamiento cerebral y mejora el aspecto de su piel.
El ejercicio. A fin de mantener o mejorar la tonicidad muscular necesitamos movernos. Ganaremos una mejor postura, y por ello una mejor respiración. A través de la transpiración eliminaremos toxinas, y nuestro peso se mantendrá dentro de un rango adecuado.
El descanso. Dormir temprano, durante ocho horas, en un ambiente ventilado dará resultados inmediatos: ojos descansados, ausencia de ojeras, y un cuerpo energizado.
La temperancia. Se trata del equilibrio en todas las áreas de la vida y la abstención total de lo perjudicial. Las drogas sociales (el alcohol, el cigarrillo, las bebidas energizantes) y las drogas prohibidas o permitidas que generan adicción y trastornos al organismo deben evitarse. Si ya las utiliza, busque ayuda hoy mismo.
La luz del sol. Conviene entrar en contacto con la luz del sol, pero hay que usar un protector solar, y en horarios convenientes. Esto fortalecerá su esqueleto. Además, la luz del sol mata muchos gérmenes nocivos.
La confianza en Dios. Su salud va a mejorar si permite que Dios lo guíe. Dios le ha dado la vida, él lo conoce y lo ama; por tanto, permítale actuar en su vida. Pídale al Señor sabiduría y perseverancia, practique estos consejos, y se cumplirá en usted y en los suyos su divino deseo: “Que tengas salud”(3 Juan 2).
por
Alba Reyes
1. Sapiens. Revista Universitaria de Investigación, Año 9, No. 1, junio 2008.
2. Cumbre de Río de Janeiro, 1992.
3. La lista de las “doce asesinas” fue presentada durante el Congreso Mundial de Conservación que se celebra en Barcelona, España.

Fuente: el Centinela

martes, 3 de marzo de 2015

Los ocho remedios naturales

Por Leo Van Dolson, PhD., MPH



Para no olvidar estos “ocho doctores”, podemos usar la palabra DESCANSA:

1. DESCANSO
2. EJERCICIO
3. SOL
4. CONFIANZA EN DIOS
5. AIRE PURO
6. NUTRICION APROPIADA
7. SOBRIEDAD
8. AGUA

¿CÓMO USAR LOS REMEDIOS NATURALES?
1. DESCANSO  
Muchas personas que se quejan de sentirse cansadas y agotadas, pueden recibir alivio si se disponen a descansar y dormir con regularidad. Mientras se duerme, las células del cerebro recobran sus niveles necesarios de energía. Sin descanso suficiente, nuestro cerebro y cuerpo pierden la capacidad para reaccionar, al igual que una batería agotada. La mayoría de nosotros no solamente debiera dormir ocho horas como hábito regular, pero también son esenciales frecuentes periodos de descanso y relajamiento para el bienestar físico y mental. Una caminata vigorosa antes de retirarnos, ayuda a inducir el sueño.

2. EJERCICIO
La mayoría de los americanos se beneficiarían si hicieran mas Ejercicio: El ejercicio ayuda a la circulación de la sangre y el oxigeno, da tono al cuerpo, ayuda a controlar el peso, y es esencial para mantener un corazón saludable, y a la misma vez, el bienestar general. Una de las mejores formas y menos peligrosas de hacer ejercicio en una forma apropiada es caminando vigorosamente media hora cada día.

3. SOL 
Para buena salud es necesario que estemos expuestos a una cantidad Adecuada de luz solar cada día. Se necesita para la manufactura de Vitamina D en los seres humanos y es uno de los agentes curativos más beneficiosos que nos provee la naturaleza. Alrededor de diez minutos diarios al sol son suficientes. Demasiado tiempo al sol puede resultar en quemaduras y arrugas a la piel, así como cáncer de la misma. 
4. CONFIANZA EN DIOS
El temor y la ansiedad son extremadamente detrimentales a la salud física y mental. Estos pueden, entre otros efectos adversos, detener los procesos digestivos, causar palpitaciones irregulares del corazón, y que la vida nos parezca insoportable. Por otro lado, la fe y la confianza en Dios pueden contribuir de una forma asombrosa a la recuperación y mantenimiento de la salud, como también ser una fuente de donde adquirir fuerza de voluntad y autocontrol que necesitamos para adoptar un estilo de vida saludable y feliz.

5. AIRE PURO
Respirar aire puro nos hace sentir mejor inmediatamente. El Respirar profundo nos aclara la mente, nos ayuda a combatir la depresión, mejora la digestión y nos ayuda a dormir mejor; también es esencial para mantener los pulmones saludables. Necesitamos que, conscientemente, respiremos profundamente diez veces seguidas, por lo menos en dos ocasiones al día, como parte rutinaria del nuestro programa de cultura física.

6. NUTRICION APROPIADA
Una nutrición apropiada requiere una dieta bien balanceada de aquellas comidas que tienen un alto valor nutritivo (granos integrales, etc.), contenido de fibra alto, y bajos en grasa, colesterol, azúcar y sal. (La dieta promedio americana contiene demasiado de estos últimos cuatro artículos). Aumentando la variedad de frutas, vegetales, granos y cereales integrales, mejorará la dieta de muchos en forma dramática.

7. SOBRIEDAD
La palabra sobriedad (temperancia) se puede comprender mejor al definirla como autocontrol. Sugiere que haya abstinencia en todo lo que es perjudicial y moderación en el uso de las cosas buenas. Cualquiera que tenga problemas en controlar su peso, se da cuenta que comer demasiado, aún de cosas buenas, no es beneficioso. Como ejemplo de cosas que nos son perjudiciales: substancias narcóticas de todas clases se deben evitar, incluyendo el tabaco, la Cafeína y el alcohol.

8. AGUA
El cuerpo se compone mayormente de agua, y la necesita en cantidades adecuadas para funcionar en forma apropiada. Una de las formas de obtener los seis a ocho vasos de agua que necesitamos diariamente, es empezar el día tomándonos tres vasos de agua. Esto no es tan dificil como suena, una vez que uno se acostumbra. El agua usada externamente es esencial para la higiene personal y también puede ser efectiva para tratar ciertas enfermedades.

Estos ocho “doctores” son de un valor inestimable para ayudarnos a obtener una salud total. Si fielmente aplicamos estas reglas sencillas de salud a nuestras vidas, resultarán en una economía grande de tiempo y dinero que se requeriría para curarnos de enfermedades innecesarias. Hoy en día, curar no es sólo para los doctores. Cada uno de nosotros debe asumir la responsabilidad, en forma inteligente, de nuestra salud y bienestar.

(Artículo que apareció originalmente en la revista “Life & Health de Diciembre de 1980) - 



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