viernes, 18 de junio de 2010

EL HOGAR, LA PRIMERA ESCUELA


Si alguien nos propone que enumeremos palabras relacionadas con el vocablo HOGAR, sin duda surgen con espontaneidad una larga lista (realiza la tuya) que expresan nuestros sentimiento, emociones y vivencias según las circunstancias que nos han tocado vivir, experiencias agradables o desagradables, recuerdo inolvidables o que no deseamos recordar.
Cuando Jesús, el Hijo de Dios, vino al mundo, tuvo un hogar, fue recibido por una familia formada por una madre, un padre y hermanos (Mateo 12:46 / Lucas 2:41).
Cuando nosotras, las hijas de Dios por adopción, redimidas y salvadas por la sangre de Cristo traspasemos los umbrales del cielo, tendremos un hogar, una morada en la casa del Padre que nos espera (Juan 14:2)
Es indudable que la familia tiene una función vital en la formación integral de nuestros hijos, ellos están con nosotros por un corto plazo, pero aquellos valores y conductas que asuman en esos años se tornarán en hábitos de por vida y probablemente los transmitirán a sus hijos también. Esta responsabilidad implica una labor consistente que no se conforma con simple mediocridad.
Ningún padre o madre es perfecto, siempre hay lugar para mejorar y cambiar si tomamos seriamente la responsabilidad de criar bien a nuestros hijos.
En la actualidad con la abundante información que tenemos no podemos ignorar que los primeros siete años de vida son los más importantes en la formación espiritual de un niño, y si sus padres no toman el rol de enseñadores en esta área más fácil será para los distintos grupos sociales (ateos, humanistas, new age, etc.) influir en la mente de nuestros niños por lo tanto no debemos desatender esta responsabilidad como padres ante Dios.
¿Qué ha pasado con los niños de nuestra sociedad actual? Los valores parecen haberse dado vuelta quieren que se haga todo por ellos, las palabras "gracias" y "por favor" no forman parte del su vocabulario, desconocen el significado de la palabra respeto, creen que han sido traídos al mundo para jugar y todo tiene que ser divertido o entretenido.
¿Cómo podemos rescatar a nuestros niños de este descenso desenfrenado?
Por supuesto que no podemos cambiar a nuestra sociedad en su totalidad, pero si podemos cambiar las vidas de aquellos a nuestro cargo e influir en las vidas de aquellos que ven la diferencia en nuestra familia.
La Biblia es bien clara, en Deut. 6:7-9 se nos dice que la tarea más importante que nos ha dado Dios como padre, es enseñar a nuestros hijos en el camino de la verdad, en el camino de Dios. Esta tarea implica una labor continua, ejemplificada en nuestro diario vivir.
El Dr. Dobson sugiere cinco metas basadas en cinco conceptos espirituales que proporcionan la base fundamental sobre la cual se afirmará toda futura doctrina. A medida que las analicemos realicemos una autoevaluación de los puntos que necesitamos trabajar mas a fondo:


"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Mr. 12:30)
a.. ¿Está tu niño aprendiendo a amar a Dios por tu amor, tu ternura y comprensión?. El niño cuyos padres dirigen con amor aprende también a rendirse a la caritativa autoridad de Dios
b.. ¿Está aprendiendo a hablar del Señor e incluirlo en sus pensamientos y planes?
c.. ¿Está aprendiendo a ir a Jesús cuando tiene miedo o se siente solo o asustado?
d.. ¿Está aprendiendo a leer la Biblia?
e.. ¿Está aprendiendo a orar?
f.. ¿Está aprendiendo el significado de la fe y la confianza?
g.. ¿Está aprendiendo el gozo de la vida cristiana?


"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mr. 12:31)
a.. ¿Está tu niño aprendiendo a entender e identificarse con los sentimientos de otros?
b.. ¿Está aprendiendo a no ser egoísta y quisquilloso?
c.. ¿Está aprendiendo a compartir?
d.. ¿Está aprendiendo a no chismosear o criticar a otros?
e.. ¿Está aprendiendo a aceptarse a sí mismo?


"Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios" (Salmo 143:10)
a.. ¿Está aprendiendo a obedecerles como padres en preparación para la obediencia a Dios?
b.. ¿Está aprendiendo a comportarse apropiadamente en la iglesia, la casa de Dios?
c.. ¿Está aprendiendo el significado del pecado y sus consecuencias inevitables?


"Teme a Dios y guarda sus mandamientos" (Eclesiastés 12:13)
a.. ¿Está tu niño aprendiendo a ser honesto y a decir la verdad?
b.. ¿Está aprendiendo a guardar el domingo como día del Señor?
c.. ¿Está aprendiendo la relativa importancia del materialismo?
d.. ¿Está aprendiendo a seguir los dictámenes de su propia conciencia


"Mas el fruto del Espíritu es ... templanza" (Gálatas 5:22,23)
a.. ¿Está aprendiendo a dar una porción de su dinero a Dios?
b.. ¿Está aprendiendo a controlar sus impulsos?
c.. ¿Está aprendiendo a trabajar y atener responsabilidades?
d.. ¿Está aprendiendo la enorme diferencia entre la autovaloración y el orgullo egocéntrico?
e.. ¿Está aprendiendo a reverenciar al Dios del universo?


Nuestra meta debe ser prepararlos durante todo el tiempo en que los tengamos en casa, para el momento en que tengan que empezar a tomar sus propias decisiones, y la promesa que se nos da en Prov. 22:6, si el fundamento espiritual que le hemos dado es sólido, cuándo sea mayor "no se aparte de él"
Nuestra meta es un joven que ame a Dios, que ame a los demás y se ame a sí mismo porque ha sido disciplinado, valorado y amado en su niñez.
Ama y acepta a tu hijo tal cual es, con su particular individualidad.
Nuestro papel como padres no es cambiarlo y forzarlo dentro de un molde que se ajusta a nuestra imagen de niño ideal, sino guiarlo, encaminarlo y entrenarlo para ser aquel que Dios en su propósito ha dispuesto que sea.
"Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas labradas, como de un palacio." "Bienaventurado el pueblo que tiene esto, bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová" (Salmo 144:12 y 15)

Por
Elisabet Aparicio de Di Benedetto

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