¿Familias perfectas? Francamente, sabemos que no existen. Pero sí podemos construir familias que sean saludables, hogares que puedan suplir a sus miembros del sentimiento de seguridad y estabilidad emocional, proveyendo un ambiente de aceptación, seguridad y amor.
La familia es bien conocida como “la base de la sociedad”, el núcleo donde se construye la personalidad de cada uno de sus miembros. Es el medio ambiente primario donde se lleva a cabo el desarrollo psicológico, social, físico y espiritual del ser humano. Pero, ¿cuál es la fórmula, si es que existe, para lograr el desarrollo efectivo de cada miembro de la familia?
La verdad es que no existe ninguna fórmula. Pero sí podemos apreciar algunos principios generales que pueden ser muy útiles en la construcción de familias saludables.
Los elementos fundamentales de la familia
A. La estructura: La pareja como esposos y padres, y los hijos que, a su vez, son hermanos entre sí, forman la “organización” básica del hogar.
B. Las interacciones: Todo lo que envuelve el aspecto relacional entre sus miembros. Es el “cómo se llevan” los unos con los otros.
C. Las funciones: Los roles, privilegios y responsabilidades que cada integrante del sistema familiar debe cumplir. Tener en cuenta estos tres elementos de la familia nos puede ayudar a trabajar más sabiamente para el buen desarrollo de todos sus integrantes. Nuestras estrategias y acciones deben enfocarse en fortalecer estas tres áreas, sin descuidar ninguna.
I. Fortalezca la estructura
A. Para empezar, cultive su matrimonio
La mayoría de los matrimonios no están conscientes de que la mitad de sus años de casados los pasarán entre los dos, sin sus hijos. Debido a esto, no se están preparando para cuando los hijos crezcan, se casen y “vuelen del nido”. Es un hecho lamentable que muchos matrimonios, cuando llegan a esta etapa de sus vidas, se miran el uno al otro, y descubren que son dos extraños. Esta tragedia muy común ocurre porque los cónyuges no se han tomado el tiempo para cultivar su propia relación, escucharse mutuamente y desarrollar intereses comunes.
A la luz de la enseñanza bíblica (Efesios 5.22-33), lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos es amar a la madre de ellos como Cristo a la Iglesia; y lo mejor que una madre puede hacer por su hijos es honrar al padre de ellos como la Iglesia a Cristo. Porque el fundamento de toda la estructura familiar es el matrimonio. Si el matrimonio es fuerte, el hogar también lo será.
B. Afirme la relación con sus hijos
A fin de criar a sus hijos según la disciplina (o bien, discipulado) y la instrucción del Señor (Efesios 6.4), considere que los siguientes principios dirijan su relación hacia ellos:
• Evidenciar un amor incondicional
• Establecer la comunicación como lo primordial
• Decidir que su corrección será siempre redentora
• Defender su liderazgo (influencia) sobre ellos
• Modelar un estilo de vida sinceramente cristocéntrica
C. Fomente la fraternidad entre sus hijos
Quizá le estremezca cada vez que sus hijos se pelean. Pero en vez de sufrir por ello, trate de ayudarles a desarrollar el amor fraternal. Toma cierto tiempo y requiere esfuerzo intencional y perseverante, pero podemos hacer muchas cosas para animarlos a expresarse este tipo de amor.
6 consejos para fortalecer los vínculos entre hermanos:
1. Trabaje en la prevención de conflictos
2. Evite el dramatismo cuando se peleen
3. Fomente situaciones y actividades que motiven el compartir
4. Evite compararlos
5. Permita que se cuiden entre ellos
6. Respete sus diferencias
II. Fortalezca las interacciones
En este proceso de construir una familia impulsora del desarrollo de sus integrantes, es importante reconocer tres presupuestos indispensables acerca de las interacciones familiares.
Estos pueden ayudar a cada integrante a vivir su vida en orden y armonía con los demás:
1. El presupuesto de la pertenencia: Todos los miembros de la familia serán tenidos en cuenta. Nadie puede ser excluido, olvidado, maltratado o descuidado.
2. El presupuesto del orden: Existe una jerarquía en la familia que debe ser respetada. Es decir, los padres están primero, luego los hijos, de acuerdo a la edad.
3. El presupuesto del equilibrio: Todos en la familia deben dar y recibir en igual proporción. Es decir, todos tienen deberes y derechos por igual, los cuales deben ser respetados por todos para que haya relaciones de justicia.
"Es fundamental brindar a los hijos/as afirmación y no descalificación. Sea un apoyo en la buena formación de la autoestima de su hijo/a, que lo recuerden por su apoyo, y no por ser el primero en dudar de sus capacidades". Enfoque a la Familia.
Para la ejecución efectiva de estos presupuestos, necesitamos:
• Comunicación adecuada entre todos
• Establecimiento de límites claros en las relaciones
• Libertad para la expresión de emociones
• Respeto hacia la individualidad del otro
• Pronta resolución de conflictos
III. Fortalezca las funciones
En una sociedad en la que priman el individualismo y el sentimiento de autosuficiencia, las familias cristianas pueden —y deben— ofrecer un modelo alternativo de convivencia. Una de las metas más importantes que todo padre de familia debería proponerse es desarrollar en casa la valoración del trabajo en equipo. Las tareas de la casa deben ser distribuidas convenientemente entre todos. Un hogar en el que cada integrante tiene claro su rol y coopera con los demás para el bien común, es un hogar capaz de propiciar el desarrollo integral de sus miembros. Porque cuando gana el equipo, ganamos todos.
5 beneficios de asignar tareas a los hijos
1. Proporciona de una sana autoestima
2. Enseña la importancia de completar el trabajo
3. Enfatiza el valor del orden y la organización
4. Establece el hábito de la colaboración
5. Ayuda a valorar los beneficios recibidos de otros
En resumen, lo que distingue a una familia saludable es la solidez de su estructura, la armonía de sus interacciones y el compañerismo de sus funciones. Sus miembros pueden desarrollarse integralmente, porque se aceptan con sus diferencias, trabajan en equipo, y sobre todo, tienen a Dios como centro de sus vidas. ¿Le gustaría hacer de su familia un gran equipo?
Fuentes:
• Jay E. Adams, “Vida cristiana en el hogar”.
• Larry Christenson y Howard G. Hendricks, “El orden de Dios para la familia”.
• EnfoquealaFamilia.com, “Familias perfectas o familias saludables”.
Fuente: Liderazgo pastoral
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